Las cortinas verticales consisten en un riel, que se puede instalar en la pared o en el techo, del que cuelgan varias lamas de tejido. Estas lamas se pueden deslizar a lo largo del riel y permiten orientar la dirección de la luz ya que también pueden girar sobre sí mismas. Son ideales para controlar la intensidad y la dirección de la luz.
El desplazamiento se acciona mediante un cordón y el giro sobre su eje mediante una cadenilla de plástico.
Se fabrican con distintos tipos de tejidos técnicos que permiten proteger el hogar, suavizar la luz o bloquear totalmente el paso de la luz.